Pocas empresas se escapan de tener un alcance global.
¿Seguro que la suya no lo tiene?
Desde el momento en que tiene clientes más allá de nuestras fronteras, compra suministros en el extranjero o acude a ferias internacionales ya podemos decir que su negocio tiene proyección universal, en tanto en cuanto opera de una u otra manera fuera del país.
En este contexto, los problemas de comunicación pueden provocar malentendidos que obstaculicen el buen desarrollo de esas relaciones hacia los resultados deseados para su empresa.
El buen entendimiento va mucho más allá del idioma.
La comunicación intercultural es un tema muy amplio, abarca, entre otros:
- valores culturales,
- expresión de emociones,
- rituales sociales,
- códigos de vestimenta y buena educación…
Todo lo anterior hace necesario familiarizarse con las leyes y costumbres locales de cualquier país que visite. Y desde luego, dedicar unas horas a investigar sobre la historia del país y la situación política y económica actual es de obligado cumplimiento. Le dará un conocimiento imprescindible sobre el terreno que pisa y su interlocutor, sin entrar en conversaciones delicadas, advertirá verdadero interés en estrechar lazos. De lo contrario, concluirá que se ha dejado caer por allí solo para firmar, lo que no es muy buen inicio.
Directamente proporcional
Su compromiso con el estudio de los rasgos culturales del medio aumenta si su pretensión es abrirse mercado en el lugar. Su producto puede ser excelente pero difícilmente tendrá un hueco en el país si ignora ciertas connotaciones o preferencias.
Glocal
El termino Glocal hace referencia precisamente a cómo un producto se comercializa y adapta a cada cultura sin perder su identidad lo que constituye una estrategia para captar y enamorar a los consumidores.
Consejos, ahora sí, lingüísticos
Las diferencias de idioma presentan un obstáculo común en la comunicación empresarial internacional. Siempre que una de las partes utiliza un segundo idioma, aumenta la posibilidad de que se produzcan malentendidos. Intente hablar despacio y con claridad en estas circunstancias. Si está haciendo una presentación oral, un documento claro en un lenguaje sencillo ayuda a evitar malentendidos.
Y ante cualquier duda, consejo infalible ‘Cum Romae fueritis, Romano vivite more’.